Esta experiencia consiste en, como bien dice su nombre, superponer imágenes para crear una con un solo sentido. 

El proceso me resultó abstracto, no creía saber qué quería hacer en realidad. Sin embargo, después de probar con algunas fotos de distintos autores, con distintos sentidos y elementos, decidí trabajar con algo que realmente me resuena. Trabajé conmigo misma. Con mi persona sintiendo la naturaleza. 

En este caso utilicé una imagen mía en la playa en un ritual del solsticio de verano y la superpuse en una imagen de un bosque frondoso.
 
Cuando me puse a trabajar con ambas fotografías, mirando que todo encajase bien, que no se notaran cortes, diferenciadas de color, etc,  encontré ese sentido que no entendía al principio, y me pareció realmente conmovedor. Si, conmovedor. A raíz de trabajar con fotografías y con todo un proceso de creación, cuando este está terminado y ves el resultado, encuentras ese sentido que no creías que tuviera siquiera, y te sorprendes. No consigues concebir como has sido capaz de crear algo con un sentido tan único y tan capaz de ser transmitido con una sola imágen.